sábado, 7 de marzo de 2015

El karma no existe

Según la RAE:

karma.
1. m. En algunas religiones de la India, energía derivada de los actos que condiciona cada una de las sucesivas reencarnaciones, hasta que se alcanza la perfección.

2. m. En otras creencias, fuerza espiritual. 



El karma sigue siendo un concepto reciente en las sociedades occidentales, que poco a poco se ha ganado su hueco en nuestra cultura. Esa implacable fuerza mística que, antes o después, nos pone a cada uno en nuestro sitio.

En realidad, el concepto del karma se ha desviado ligeramente de su significado original. En el hinduismo hace referencia a la reencarnación, a como será tu existencia en tu próxima vida según tus acciones en esta. Pero como en occidente somos algo más directo y menos místicos, nos hemos quedado con que el karma se encargará de equilibrar nuestras acciones sin tener que irte a otra vida que, muy probablemente, no exista.

Nuestra visión del karma se resume en algo bien sencillo: si haces el bien, te pasarán cosas buenas. Y si haces el mal, cosas malas. Sencillo, directo y a priori lógico. Pero sinceramente me parece un pensamiento demasiado infantil y optimista. No digo que a veces el mundo se encargue de "recompensarte" por tus buenos actos o "castigarte" por los malos, pero nada tiene que ver con una energía mística que vela por el equilibrio del universo.

En realidad, no deja de ser un proceso de acción-reacción. Es evidente que cada acción, buena o mala, tiene sus consecuencias. Y estas son impredecibles. Obrar bien no siempre te va a reportar beneficios futuros. Quién sabe, quizá hoy ayudes a tu mejor amigo, ese que tiene problemas económicos y que tan mal lo está pasando, pero eso no significa que te lo vaya a devolver cuando la situación cambie. Quizá resulta que en el fondo es un cabrón egoísta y es incapaz de mover un dedo por aquellos a los que llama "amigos". Y tal vez acabes en la mierda y sin nadie para echarte un cable a pesar de haber sido una buena persona entregada a los demás.

Normalmente, si eres una persona decente, capaz de echarle una mano a los demás y todas esas mierdas, luego siempre va a haber alguien que sepa devolvértelo. Y eso es así, y no tiene nada que ver con el karma. Depende sólo de tus decisiones y de que hayas sido inteligente al tomarlas.

Y bueno, también sucede al revés. Si en el instituto te reías de Susana porque llevaba aparatos y gafas de culo vaso, que diez años después esa chica preciosa de la que llevas media vida enamorado se tire a tu compañero de piso no tiene nada que ver.

Creo que el problema es que la gente que cree en el karma acabo relacionándolo todo con él. Y en realidad es, como he dicho antes, un proceso de acción y reacción. Tu puedes ser el mayor bastardo del mundo, pero si luego haces una gilipollez por la que lo acabas pasando mal... pues chico, quizá la culpa sea tuya por haber hecho tamaña gilipollez, ¿no crees?

Resumiendo, no existe ninguna fuerza mística que compense nuestras acciones. Sí, si obras bien posiblemente te pasen cosas buenas. Pero para eso no es suficiente con hacer cosas buenas. También tienes que actuar con inteligencia. Si tienes cabeza, puedes ser el mayor bastardo del planeta tierra y no sufrir nunca las consecuencias. Es triste, pero nadie dijo que el mundo fuera fácil.

Para acabar os dejo con unos agradables minutos musicales




Un cordial saludo,
R.

3 comentarios:

  1. Tengo la impresión de estar muy presente en este texto, como si estuviera destinado a mi. Tal vez sí, tal vez sea un egocéntrico, y seguramente, ambas. ¿El karma como fuerza mística no existe? Es discutible. Podríamos llamar fuerza mística a ese pequeño juez que todos tienen dentro y que dicta de tratar de recompensar a los buenos mientras castiga a los malos. Esa ley no escrita de devolver favores y putear a quien putea, que no todo el mundo sigue pero casi, y que es bastante fuerte. Y hablando del bien y del mal también es bastante mística.

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  2. Earl Hickey no aprueba esto

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  3. Hola. A mí me parece que el karma es una concepción que adoptan algunos miembros de nuestra sociedad ante la imposibilidad de aceptar que el "malo" no va a ser castigado, y que el "bueno" no va experimentar necesariamente mejores cosas. Por ejemplo, si estas personas no creen en dios, y ven a alguien "malo" no les basta con decir: ya tendrá su merecido, va a ir al infierno. En su lugar quizá tengan que consolarse con que terminarán pagando en términos de karma. También me llama la atención que en nuestra sociedad cada vez tengan más hueco tendencias mágicas e irracionales, en las que se incluye el karma, los chacras, la aromaterapia, etc.

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